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Cómo quedarme embarazada antes de recurrir a opciones invasivas

Cómo quedarme embarazada antes de recurrir a opciones invasivas
Desde que una pareja toma la decisión de tener un hijo y empieza a mantener relaciones sexuales sin contracepción, hasta que aparecen los primeros síntomas de embarazo, pueden pasar semanas o meses. ¿Pero, hasta cuando podemos considerar normal, como parte del proceso, que estos síntomas o un positivo en una prueba de embarazo no aparezcan? ¿Qué factores intervienen en el proceso de embarazo y que pueden hacer que este sea más corto o más largo? ¿Los problemas de infertilidad afectan más a mujeres o a hombres? ¿Qué podemos hacer ante un caso de infertilidad? ¿Todos los casos de infertilidad acaban en fecundación in vitro? En este post daremos respuesta a todas estas preguntas y aportaremos más información útil, por, de alguna manera, eliminar la angustia y el miedo que el desconocimiento pueda ocasionar durante un proceso que hay que disfrutar desde el primer día.

¿Cuándo se considera que existe un problema de infertilidad?

Para empezar, algo que hay que saber es que más del 17% de las parejas tienen dificultades para tener hijos, y las razones se dividen en partes iguales por hombre y mujer. Además, hay otros factores que intervienen en el proceso de concepción y que varían los porcentajes de éxito, como la alimentación de cada uno de los miembros, factores genéticos, o el día del ciclo de ovulación que se encuentre la mujer. En cuanto a este último factor, se estima que una pareja fértil y con una alimentación correcta tiene una probabilidad del 26% de posibilidades de éxito en la concepción el día más fértil dentro del ciclo de ovulación de la mujer. Por lo tanto, quedarse embarazada no es algo tan sencillo a priori. Depende de muchos factores, pero cuando no se ha podido lograr un embarazo manteniendo relaciones sexuales sin contracepción durante doce o más meses, se considera un caso de infertilidad, de la mujer, del hombre o incluso de los dos.

Pero, por muchos motivos diferentes, incluso las parejas fértiles pueden no concebir un hijo transcurrido un año. Se estima que un 7% de las parejas fértiles pueden necesitar más de doce meses para tener un hijo de forma natural. Por lo tanto, podemos valorar que es muy importante tener toda la información relativa a la salud fértil de la pareja por no tomar decisiones apresuradas y/u orientarlas para poder hacer más efectivo y seguro el proceso.




Problemas de infertilidad genética en mujeres

Es conocido que el factor principal de la fertilidad de la mujer es la edad. Este hecho es causado por el incremento de anomalías cromosómicas del embrión en mujeres mayores de 35 años que comprometerán la viabilidad del feto. Actualmente, existen pruebas de cribado no invasivas para descartar el riesgo de presencia de estas anomalías.


Problemas de ovulación

Otras causas de infertilidad en la mujer son expresadas por problemas de ovulación que causan trastornos en el ciclo menstrual. En este apartado se engloban condiciones como el síndrome del ovario poliquístico o la insuficiencia ovárica primaria.

La insuficiencia ovárica primaria se caracteriza por la pérdida de la función ovárica normal que puede llevar a menstruaciones irregulares y, incluso, a menopausia precoz. Se recomienda realizar el estudio, especialmente, en casos con antecedentes familiares de la condición o menopausia precoz para poder hacer un diagnóstico precoz de la enfermedad. Desgraciadamente, cuando la mujer manifiesta los síntomas ya presenta severos problemas de fertilidad puesto que su reserva ovárica está muy disminuida. Se estima que la insuficiencia ovárica primaria afecta el 1% de las mujeres menores de 40 años.

Problemas de infertilidad genética en hombres

Así como hemos comentado, que la fertilidad de la mujer baja de forma brusca en la edad de los 35 años la del hombre también lo hace, pero de forma mucho más progresiva y en una edad más avanzada, los 45 años.


Cantidad y calidad del esperma

La mayoría de infertilidad en hombres se dan por patologías que afectan la cantidad y calidad del esperma. Por esta razón, el primero que se acostumbra a hacer cuando se estudia la fertilidad masculina es realizar un seminograma para confirmar o descartar que existe alguna alteración que afecte la cantidad o la calidad del esperma. Estos problemas en algunos casos pueden ser genéticos, por lo tanto, saber la causa exacta puede ser clave.

Anomalías cromosómicas

Estudiar posibles anomalías cromosómicas nos ayudará a descifrar si existe una causa genética que pueda causar una baja cantidad de esperma. Las técnicas utilizadas en estos casos son el cariotipo, la FISH y el análisis de las microdeleciones del cromosoma Y.

Fragmentación del ADN espermático

El 50% de los hombres con problemas de infertilidad presentan fragmentación al ADN espermático. Existen dos tipos de fragmentación, la de doble cadena y la de cadena sencilla. A pesar de que, con el mismo desenlace, la dificultad para tener hijos, el tipo de fragmentación del ADN espermático se manifiesta de dos maneras diferentes; la imposibilidad de fecundar el óvulo por parte del espermatozoide que impide culminar el embarazo, o bien en abortos de repetición por parte de la mujer, puesto que, a pesar de ser fecundado el óvulo, no lo ha estado de forma satisfactoria.

Recomendaciones en la hora de tener un hijo

El proceso para tener un hijo es algo que hay que disfrutar y que ni los nervios ni el estrés son buenos compañeros de viaje. A menudo la desazón y la preocupación pueden ocasionar una situación de bloqueo que no ayuda. Por ejemplo, la calidad espermática del hombre puede verse afectada ante una situación de estrés o de mala alimentación. Además, este es un proceso en que los dos miembros de la pareja tienen que ser partícipes, puesto que, como hemos visto, al contrario de la creencia popular, los problemas de fertilidad afectan de igual manera a hombres y mujeres.

Dicho esto, aquí os dejamos un listado de recomendaciones que se pueden seguir en el momento de decidir tener un hijo, tanto:

En el momento de decidir tener un hijo o antes

  1. Realizar un test carrier o de portadores. Con esta prueba, no solo podemos ver si la pareja es portadora de alguna variante genética que pueda afectar a la salud de la descendencia, además, se pueden descartar algunos problemas genéticos que pueden afectar a la capacidad fértil de los miembros.
  2. Investigar sobre antecedentes familiares de infertilidad, desregulaciones hormonales o condiciones genéticas concretas.
  3. En la hora de mantener las relaciones sexuales, tener en cuenta los días del mes más fértiles de la mujer. Acostumbra a ser el día 14 a partir del primer día de sangrado de la menstruación.
  4. Una buena alimentación, equilibrada y sin abusar de las grasas saturadas puede ayudar mucho en las probabilidades de éxito.
  5. Mantenerse positivo, hacer actividades que no fatiguen demasiado, pero a su vez, que ayuden a manteneros relajados.

Después de 12 meses manteniendo relaciones sexuales

  • Visitarse con un especialista en genética y fertilidad. Es importante que vayan los dos miembros de la pareja. Saber la causa exacta de esta infertilidad será clave, en muchos casos para evitar ir a la fecundación in-vitro, bastante invasiva por la mujer. O en el peor de los casos poder orientar este tratamiento mejorando las garantías de éxito.

 

Más información sobre las pruebas de fertilidad.

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Autor

Asesor Genético y Cofundador

Licenciado en Biología
Máster en Biología Celular
Doctor en Biología Celular