Enfermedad de Lyme
Descripción
La enfermedad de Lyme es una infección causada por la bacteria Borrelia burgdorferi y se transmite a los humanos a través de picaduras de garrapatas infectadas. En la picadura, las bacterias entran a la piel y consiguen llegar al torrente sanguíneo. Se trata de la enfermedad más frecuente de transmisión mediante garrapatas. Se calcula que entre el 5 y el 40% de las garrapatas se encuentran infectadas de la bacteria y que desarrollar la enfermedad es poco probable si la garrapata está enganchada a la piel durante menos de 36h-48h.
En los últimos años, la prevalencia de la enfermedad de Lyme en el estado español se ha visto fuertemente incrementada, con un aumento en las hospitalizaciones del 191% en comparación con hace 15 años. Este hecho es debido al aumento de las temperaturas, que favorecen el ciclo vital de las garrapatas y permiten que cada vez habiten territorios más amplios.
Entre la sintomatología más precoz destaca la aparición de una erupción roja en forma de “ojo de buey” en la zona de la picadura. A esta lesión cutánea se lo denomina eritema migratorio, puesto que va haciéndose grande con el paso de los días. Algunos pacientes desarrollan también síntomas similares a la gripe. Si el diagnóstico es precoz, el tratamiento con antibióticos suele ser efectivo y esto permite prevenir complicaciones. En caso de no ser tratada, la enfermedad puede desarrollar problemas más graves, con afectación neurológica, articular y cardíaca.
¿Qué incluye el test?
Para obtener el diagnóstico es clave recibir una valoración completa por parte de un especialista con amplia experiencia.
- Visita y seguimiento con el Dr. Javier César Herranz: La primera visita incluye una anamnesis completa, exploración física, revisión de las pruebas y de las analíticas aportadas por el paciente, valoración del caso y establecimiento de las sospechas diagnósticas. En esta visita se prescriben, si es necesario, pruebas adicionales y se establecen nuevas pautas y tratamientos. En la posterior visita de seguimiento se revisan los resultados de las nuevas pruebas y la eficacia de las pautas para así establecer el diagnóstico definitivo.
Los síntomas de la enfermedad de Lyme pueden ser similares a otras enfermedades. El diagnóstico de la enfermedad de Lyme se suele basar en los síntomas, el historial de viajes, la exposición a garrapatas y los análisis de sangre.
Entre otros, en los análisis de sangre se valora la existencia de anticuerpos IgM e IgG anti-Borrelia burgdorferi. La presencia de uno o de los dos anticuerpos depende del estadio en que se encuentre la enfermedad
- Erupción o eritema migratorio: pueden aparecer anticuerpos después de 2-8 semanas de la infección. Se pueden detectar anticuerpos IgM y títulos significativos de IgG a partir de las 5 semanas.
- Infección del sistema nervioso: detección de títulos significativos tanto de IgG como de IgM.
- Artritis de Lyme: detección principalmente de IgG. En casos de cronicidad, la cantidad de anticuerpos puede ser bastante alta.
¿A quién va dirigido?
Consultad con el especialista incluso en aquellos casos que la sintomatología haya desaparecido, puesto que la ausencia de síntomas en ningún caso implica la desaparición de la enfermedad. Sin el inicio del tratamiento, la enfermedad puede extenderse durante años a otras partes del organismo, y afectar el sistema nervioso o causar artritis.
Entre los síntomas más comunes en estadios tempranos de la enfermedad destacan:
- Erupción cutánea circular u ovalada en forma de ”ojo de buey”. Hay que tener presente que 1 de cada 3 pacientes no desarrollan erupción y que, incluso en casos en que sí que desarrolla, esta puede pasar desapercibida en personas de piel oscura o en el caso de afectar zonas del cuerpo poco visibles
- Fiebre
- Temblores
- Dolor de cabeza
- Dolor muscular
- Fatiga
- Ganglios linfáticos hinchados
En fases más avanzadas, la sintomatología puede incluir la aparición de más erupciones, mareos, dolores de cabeza fuertes, artritis, pérdida de memoria, debilidad, hormigueo o pérdida de sensación en las extremidades, parálisis facial, palpitaciones, problemas oculares, etc.