Diferencias entre intolerancia alimentaria y alergia alimentaria
No toda la población reacciona de igual modo ante el consumo de determinados alimentos o ingredientes alimentarios. Alrededor de 1 de cada 5 personas puede desarrollar consecuencias adversas para su salud tras la ingesta de algunos alimentos. Estas respuestas pueden presentar una variedad de síntomas y consecuencias, pero comúnmente se categorizan en dos grupos: las intolerancias alimentarias y las alergias alimentarias.
Las intolerancias alimentarias, frecuentes entre la población, son debidas a una mala digestión, metabolización o asimilación de un alimento sin la intervención del sistema inmunitario. La acumulación de componentes de los alimentos que no se asimilan bien provoca una inflamación local que puede ir acompañada de problemas gastrointestinales como gases, malestar, diarrea y dolor abdominal. Los casos de intolerancias alimentarias tienen una frecuencia 5-10 veces mayor que las alergias alimentarias, y no deben confundirse con estas.
Por otro lado, las alergias alimentarias, menos frecuentes entre la población, son causadas por una reacción del sistema inmunitario contra un alimento tras su consumo o, en algunos casos, contacto. Esto se debe a que el sistema inmune responde erróneamente a componentes de la dieta como si fueran dañinos para el cuerpo. Las alergias más frecuentes son las desencadenadas por proteínas presentes en marisco, cacahuete, frutos secos, pescado, huevos, leche, trigo y soja, y se dan en el 1-3% de los adultos y el 4-6% de los niños. La presencia de estos alimentos, incluso en cantidades muy pequeñas, activa una reacción alérgica mediada por el sistema inmune y los anticuerpos IgE (inmunoglobulinas E) que puede provocar desde dolor abdominal o un sarpullido leve hasta complicaciones potencialmente mortales como el shock anafiláctico.
Las intolerancias alimentarias más comunes
En los últimos años, es cada vez más habitual padecer algún tipo de intolerancia alimentaria. Las más comunes son:
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Intolerancia al gluten o celiaquía:
La enfermedad celíaca (EC), también llamada celiaquía, enteropatía sensible al gluten o intolerancia permanente al gluten, es un trastorno autoinmune crónico inducido por la ingesta de gluten que provoca una atrofia de las vellosidades del intestino delgado y que afecta la capacidad de absorber los nutrientes de los alimentos. Los síntomas pueden aparecer a cualquier edad y se caracterizan por una pérdida de peso, retraso en el crecimiento en algunos niños, vómitos, diarreas, distensión abdominal, anemia ferropénica o irritabilidad. Algunos celíacos presentan alguno de estos síntomas, mientras que otros permanecen asintomáticos. La EC es una enfermedad crónica con un tratamiento eficaz probado, la dieta sin gluten que debe ser mantenida durante toda la vida. Se trata de una enfermedad con un fuerte componente genético, por lo que la predisposición a sufrirla puede heredarse de padres a hijos. El estudio genético de la EC permite identificar a los pacientes con riesgo, así como descartar la enfermedad en aquellos con sintomatología compatible, pero que no presentan ningún haplotipo o combinación genética de riesgo. La FACE (Federación de Asociaciones de Celíacos de España) calcula que hay más de 450.000 celíacos en España, pero que entre el 80 y el 85% están aún por diagnosticar. El estudio genético es clave para señalar todas aquellas personas con genética compatible que en el futuro pueden desarrollar la enfermedad, para así prevenirla y evitar que tengan que aparecer síntomas para poder diagnosticar al paciente.
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Intolerancia a la lactosa:
La intolerancia a la lactosa es un déficit en la habilidad de digerir la lactosa, un tipo de azúcar presente en la leche y en otros productos lácteos. Esta intolerancia es debida a la insuficiencia de lactasa, una enzima producida en el intestino delgado, imprescindible en el proceso de conversión de la lactosa en los monosacáridos glucosa y galactosa para su transporte a través del epitelio intestinal hacia la sangre. En muchas personas, y debido a la presencia de unas variantes genéticas, esta enzima se sintetiza a niveles normales durante los primeros dos años de vida (durante el período de lactancia) pero empieza a perder actividad hasta que cesa entre los 5 y los 10 años. A partir de este momento, la persona será incapaz de digerir la lactosa y podrá padecer los síntomas típicos de la intolerancia después de la ingesta de productos lácteos: náuseas, diarrea, hinchazón, flatulencias y calambres estomacales. La no persistencia de la actividad de la enzima lactasa se ha asociado a la presencia de dos variantes genéticas que regulan la expresión del gen que codifica para la lactasa, el gen LCT situado en el cromosoma 2.
Aunque la no persistencia de la lactasa afecta alrededor de un 70% de la población mundial, no en todos los casos los afectados se pueden considerar intolerantes a la lactosa de por vida. Diversas publicaciones indican que, después de un primer tratamiento de retirada completa de la lactosa en la dieta, en algunos casos se puede reincorporar la lactosa en la ingesta diaria de manera paulatina y hasta un máximo de 12g repartidos a lo largo de todo un día y siempre acompañados de otros tipos de alimentos. No obstante, en la mayoría de casos la dieta sin lactosa mantenida a lo largo de la vida es el tratamiento más recomendado.
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Intolerancia a la fructosa:
La intolerancia a la fructosa está causada por defectos en el gen de la aldolasa B (ALDOB, cromosoma 9), una enzima sintetizada en el hígado, intestino y riñón responsable del metabolismo de la fructosa. La deficiencia de esta enzima provoca en los individuos afectados síntomas como niveles de azúcar en sangre bajos (hipoglicemia), vómitos y dolor abdominal después de la ingesta de fructosa, sucrosa o sorbitol. La ingesta continuada de estos azúcares causa daños hepáticos y renales graves que pueden llegar a ser peligrosos para la vida de esa persona, especialmente en el caso de los niños. Para el diagnóstico de estos pacientes, tradicionalmente se han utilizado métodos invasivos como la sobrecarga intravenosa de fructosa para evaluar la respuesta metabólica, o las pruebas enzimáticas en muestras biopsiadas de intestino o hígado. El test genético permite, a partir de una simple muestra de sangre o de saliva, determinar si tienes riesgo genético de padecer intolerancia a la fructosa.
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Intolerancia a la histamina (Déficit de DAO):
El déficit de DAO, también llamado intolerancia a la histamina o histaminosis alimentaria, es una alteración metabólica caracterizada por una disminución en la capacidad de degradación de la histamina procedente de la dieta. Se debe a una disminución en la actividad de la enzima diamino oxidasa (DAO), encargada de metabolizar la histamina. Se calcula que el déficit de DAO afecta al 12% de la población, con una mayor prevalencia en mujeres. En las personas con una actividad normal de DAO, la histamina de los alimentos es rápidamente degradada, pero aquellas que tienen una disminución en la actividad de esta enzima acumulan altos niveles de histamina en sangre, aumentando la probabilidad de presentar efectos adversos como migraña o síntomas gastrointestinales.
El déficit de DAO puede producirse por causas genéticas, farmacológicas o puede derivarse de otras patologías. Una de las pruebas más habituales para detectarlo es el estudio de los niveles de la enzima a nivel plasmático a partir de una muestra de sangre. Sin embargo, esta prueba bioquímica no indica cuál es la causa del trastorno metabólico. En cambio, el test genético de déficit de DAO analiza variantes genéticas en el gen AOC1, que codifica para la enzima DAO, relacionadas con la disminución de la actividad DAO, y analiza si la causa de la histaminosis es de origen genético.
¿Cómo detectar las intolerancias alimentarias?
Para determinar la presencia de intolerancias alimentarias junto con sus causas existen distintas pruebas no invasivas, tanto clínicas como genéticas:
Test clínico de intolerancias alimentarias
El test clínico de intolerancias alimentarias sirve para diagnosticar una intolerancia ya desarrollada y dependiendo de la intolerancia que se quiera evaluar podemos encontrar los siguientes tipos.
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Test serológico anticuerpos anti-transglutaminasa:
En el caso de la enfermedad Celíaca se analiza la presencia de anticuerpos Anti-transglutaminasa y/o Anti-gluten para ayudar en el diagnóstico de la enfermedad.
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Test de aliento de intolerancia a la lactosa o a la fructosa:
Los azúcares que el organismo no puede absorber son fermentados por las bacterias del colon, hecho que produce una gran cantidad de hidrógeno libre. El incremento del hidrógeno espirado tras la administración oral de lactosa, fructosa u otros azúcares indica intolerancia al azúcar testado. Esta prueba tiene un alto porcentaje de falsos negativos y falsos positivos, con lo que pude llevar a conclusiones erróneas y cambios dietéticos no recomendados.
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Test enzimático:
El test enzimático mide, a nivel plasmático, la cantidad o la actividad de las enzimas que degradan y metabolizan los componentes de la dieta. Permite detectar intolerancias alimentarias sin determinar su causa.
Test genético de intolerancias alimentarias
El test genético permite la prevención del desarrollo de una intolerancia, y en caso de estar ya desarrollada, detectar las personas con intolerancias alimentarias y determinar el origen de dicha condición, diferenciando las formas primarias y las secundarias. Se analizan alteraciones genéticas en los genes que codifican las enzimas que degradan y metabolizan los componentes de la dieta. La presencia de dichas mutaciones afecta a la actividad de estas enzimas, hecho que provoca la acumulación de gluten, lactosa, fructosa e histamina, entre otros, y puede desencadenar en el desarrollo de los síntomas típicos de las intolerancias alimentarias.
Si padeces alguno de los efectos adversos descritos anteriormente o simplemente quieres saber la predisposición genética a padecer intolerancias alimentarias en el futuro, puedes encontrar más información sobre los test de intolerancias alimentarias.- DAO Test - Migraña
- Test de intolerancias alimentarias - lactosa, fructosa y gluten
- Test de intolerancia a la lactosa
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- Test de intolerancia al gluten - Celiaquía
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