La porfiria: qué es y cómo diagnosticarla
Las porfirias son un conjunto de trastornos metabólicos raros que afectan la producción de porfirina en el cuerpo, un compuesto necesario para la formación del grupo hemo que es esencial para producir hemoglobina en los glóbulos rojos. La hemoglobina es la proteína encargada de transportar el oxígeno en la sangre, desde los pulmones a los tejidos y órganos del cuerpo. El hemo se produce en la médula ósea y el hígado. Ocho enzimas distintas participan en el este proceso de convertir las porfirinas en hemo.
Cuando las enzimas responsables de producir porfirina presentan algún defecto, las porfirinas se acumulan en el organismo, lo que puede desencadenar una variedad de síntomas, desde leves hasta graves. Estos síntomas pueden incluir dolores abdominales, problemas neurológicos, sensibilidad a la luz solar o cambios en la piel, entre otros. Dependiendo de la enzima afectada, la acumulación de porfirinas se produce en un tejido u órgano o en otro. En la porfiria cutánea, por ejemplo, las porfirinas se acumulan en la piel. Cuando la persona se expone a la luz del sol, se manifiestan los síntomas. En la porfiria aguda, en cambio, la acumulación afecta el sistema nervioso, causando síntomas.
Tipos de porfirias
La gran mayoría de porfirias son genéticas y existen distintos tipos de porfiria, cada uno asociado con diferentes defectos enzimáticos y síntomas característicos. Algunas formas de esta enfermedad son más frecuentes que otras, y el tratamiento puede variar según el tipo y la gravedad del trastorno. Aunque muchas formas de porfiria son genéticas, algunas pueden adquirirse debido a factores como exposición a ciertos fármacos, dieta o radiación solar.
En las porfirias genéticas, la causa se encuentra en un gen alterado que se ha heredado del padre o de la madre, o de ambos. De esta manera, las porfirias siguen generalmente los siguientes patrones de herencia:
- Autosómico dominante: se ha heredado una única copia alterada del gen por parte del padre o de la madre.
- Autosómico recesivo: se ha heredado una copia altertada del gen por parte del padre y otra copia alterada del mismo gen por parte de la madre.
El hecho de haber heredado el gen alterado no significa que se desarrollen síntomas en todos los casos ya que, además de los factores de riesgo genéticos, los factores de riesgo ambiental también contribuyen a desencadenar los síntomas de porfiria. En ocasiones es necesario que el paciente se exponga a un desencadenante ambiental que provoque el aumento en la demanda de producción de hemo en el organismo. Este hecho agota el bajo nivel de la enzima afectada en el paciente, lo que pone en marcha un proceso que provoca la acumulación de porfirinas. Los desencadentes ambientales incluyen exposición a la luz solar, ciertos fármacos como píldoras anticonceptivas, sedantes y barbitúricos, consumo de alchol, tabaco y drogas, infecciones, estrés emocional o cambios hormonales durante el período menstrual, entre otros.
Existen 8 tipos de porfirias genéticas, entre las cuales los más comunes son la porfiria cutánea tarda (que se caracteriza por hallazgos cutáneos que incluyen ampollas en la cara dorsal de las manos y otras áreas de la piel expuestas al sol, friabilidad de la piel después de un traumatismo menor, hipertricosis e hiperpigmentación facial y engrosamiento severo de la piel afectada), la porfiria aguda intermitente (que se manifiesta con dolor abdominal intenso, estreñimiento, taquicardia y aumento de la presión arterial, entre otros) y la protoporfiria eritropoyética (con síntomas que engloban fotosensibilidad cutánea que generalmente comienza en la infancia o niñez y que produce hormigueo, ardor, dolor y picazón).
¿Cómo se diagnostica la porfiria?
El diagnóstico de las porfirias puede ser complejo debido a la variedad de síntomas y a la diversidad de formas que pueden presentarse. Las porfirias pueden ser difíciles de diagnosticar porque son raras y sus síntomas no son específicos. Las pruebas de diagnóstico son esenciales y no tienen por qué ser complejas si se usan correctamente. La prueba de detección específica utilizada depende del tipo de porfiria que se sospeche. Generalmente, se realizan las siguientes pruebas para conseguir un diagnóstico concluyente:
- Historial médico y examen físico: El médico recopilará información detallada sobre los síntomas del paciente, antecedentes familiares de enfermedades, realizará un examen físico para buscar características típicas de la porfiria, como cambios en la piel, y también evaluará factores ambientales desencadenantes de porfiria, como ciertos medicamentos o la luz solar.
- Análisis de sangre y orina: Se pueden realizar varios análisis de sangre y orina para detectar niveles anormales de porfirinas y precursores de la porfirina. Estos análisis pueden incluir la medición de los niveles de porfirinas, como la porfirina total, coproporfirina, protoporfirina, y otros marcadores en la sangre y la orina.
- Pruebas genéticas: se pueden realizar pruebas genéticas para identificar mutaciones en los genes responsables de las enzimas involucradas en la producción de porfirinas. Esto puede ayudar a confirmar el diagnóstico, determinar el tipo específico de porfiria que afecta al paciente y conocer cómo se transmite la enfermedad en la familia.
- Pruebas funcionales: En algunos casos, se pueden realizar pruebas de función hepática para evaluar el estado del hígado, ya que muchas porfirias afectan la función hepática y pueden causar daño hepático.
- Pruebas de exposición a la luz: En ciertos tipos de porfirias, como la porfiria cutánea tardía, se pueden realizar pruebas de exposición a la luz para evaluar la sensibilidad del paciente a la luz solar.
Es importante tener en cuenta que el diagnóstico de porfiria puede requerir la colaboración de varios especialistas, como médicos internistas, dermatólogos, gastroenterólogos y genetistas, dependiendo de los síntomas específicos y del tipo de porfiria sospechado.
¿Es importante el estudio genético en pacientes con sospecha de porfiria?
Las pruebas bioquímicas se usan como primer abordaje ante la sospecha de porfiria en un paciente. Sin embargo, muchos pacientes no han tenido un ataque agudo o no presentan síntomas en la actualidad, por lo que las pruebas bioquímicas pueden no ser concluyentes. Por el contrario, la prueba de ADN es el método más preciso y fiable para determinar si una persona tiene una porfiria específica y se considera el "estándar de oro" para el diagnóstico de trastornos genéticos. Si se encuentra una mutación en la secuencia del ADN en un gen que causa la porfiria, se confirma el diagnóstico de esa porfiria. Actualmente, y gracias a los avances en la tecnología de secuenciación del ADN, el test de ADN de porfirias presenta una increíble sensibilidad de detección de mutaciones con tasas de éxito superiores al 90% para la mayoría de los pacientes.
Una vez que se ha identificado una mutación, se confirma el diagnóstico, se conoce exactamente el tipo de porfiria que afecta al paciente y permite el análisis de ADN en otros miembros de la familia. Las pruebas familiares permiten determinar quien ha heredado esa porfiria, lo que permite identificar a las personas a quienes se les puede asesorar de manera preventiva sobre el manejo adecuado para evitar o minimizar las complicaciones de la enfermedad.
Cada porfiria está causada por una mutación en la secuencia de ADN de un gen específico. Por lo tanto, el diagnóstico de una porfiria específica determina cuál es el gen que se debe analizar. Sin embargo, el diagnóstico clínico de la porfiria específica puede ser difícil porque algunas porfirias presentan síntomas, hallazgos bioquímicos y respuestas al tratamiento similares. Cada porfiria está causada por una mutación en la secuencia de ADN de un gen específico. Por lo tanto, el diagnóstico de una porfiria específica determina cuál es el gen que se debe analizar. Sin embargo, el diagnóstico clínico de la porfiria específica puede ser difícil porque algunas porfirias presentan síntomas, hallazgos bioquímicos y respuestas al tratamiento similares. Por esta razón, en nuestro centro ofrecemos un panel de porfirias que engloba en un mismo análisis todos los genes asociados a los diferentes tipos de porfiria. Esta estrategia permite analizar en paralelo los distintos tipos de porfiria y evita los análisis secuenciales de un gen tras otro en caso de resultado negativo.
Las pruebas de ADN se pueden realizar independientemente de que el paciente tenga síntomas en aquel momento o no, y solo requieren de una muestra de sangre o saliva.
En ADN Institut queremos atender de manera integral a los pacientes con porfirias. Para ello contamos a nivel clínico con el Dr. Javier César Herranz, médico internista especializado en enfermedades metabólicas, y a nivel genético con la Dra. Marina Riera, asesora genética experta en enfermedades raras. ¿Quieres solicitar cita con ellos?
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